La calle como espacio para la socialización

La calle como espacio para la socialización

ASECAL trabaja con jóvenes desfavorecidos en el Programa de Educación de Calle.

Jesús Castilla coordina el Programa de Educación de calle de ASECAL, que actualmente se lleva a cabo  en los Barrios de San Bernardo y Pizarrales. Aunque la asociación nació en 1997, este programa surgió en el año 2000, cuando los jóvenes pasaban más tiempo en la calle que ahora. Trabajan sobre todo en las zonas periféricas con mayor problemática social y con familias desestructuradas. Jesús afirma que el perfil de estos jóvenes ha cambiado y Asecal se ha ido adaptando a los cambios de la sociedad. Son jóvenes de origen inmigrante, marroquíes y rumanos principalmente. Con ellos se trabaja la inclusión y la relación de los chicos y chicas nacionales con los que no lo son. Dinamizar la calle ahora tiene que ver con la inclusión, añade. “Hace algunos años la calle era un espacio de socialización y ahora se entiende como un lugar peligroso”. Por eso desarrollan actividades para recuperar la calle como espacio y para socializar.
Los principales peligros que hoy en día tiene la calle con respecto a hace algunos años, tienen que ver, por ejemplo, con el tráfico, que reduce ese espacio fundamental para la convivencia. Incluso en los que hay confluyen los jóvenes con los mayores que ocupan los bancos, como es el caso de la Plaza del Barrio Vidal. Son lugares de conflicto continuo, opina, lo que hace que se terminen marchando a otras zonas de la ciudad.

“Hace algunos años la calle era un espacio de socialización y ahora se entiende como un lugar peligroso”.

Para este trabajador social, cambiar determinadas actitudes culturales es muy complicado.  El hecho de que trabajen con jóvenes inmigrantes se complica cuando se trata de mujeres que, cuando llegan a determinada edad, siguen la tradición patriarcal de su cultura.
Una calle como lugar para la socialización en la que los jóvenes se sintieran libres, sería la ideal para ASECAL, en la que nadie se sintiera vigilado, ni siquiera por los padres, añade. Jesús Castilla se imagina un espacio ideal, una calle en la que los coches dieran paso a las personas, hubiera más educación en el ámbito familiar y mayor compromiso de la Administración.
Escucha el podcast de Radio Oeste en el que hablamos con Jesús Castillo:

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